La herida ya cicatrizó
Me alejé, aún queriendo quedarme.
Porque darte tu lugar duele demasiado.
Priorizar tu bienestar antes que un amor…
duele demasiado.
Amarte antes que amar…
duele demasiado.
Construir un camino hecho de miradas, besos, sueños y sonrisas.
Cruzar y avanzar con la esperanza de alcanzar la meta.
Porque sabían, que si uno se cansaba,
el otro le ayudaría a seguir caminando.
Pero hay veces, que sin darte cuenta,
la otra persona se ha caído y lastimado.
Y cuando lo notas ya estás muy lejos;
y al volver, ella, ya se ha levantado;
le cuesta caminar, pero lo hace.
Te abraza y te dice que ya no le duele,
pero miente…
y tú lo sabes.
Sin embargo, faltaba tan poco para la meta
y escogiste seguir el camino,
y al dar la vuelta ya no ves los recuerdos,
ya no hay más miradas;
y los sueños se convirtieron en un cementerio de anhelos.
Solo ves un camino de piedras punzantes,
y la única evidencia de que alguna vez hubo vida allí,
es la sangre de alguien
que yace en aquel camino sombrío.
Y al voltear, ella, sigue ahí.
Inmóvil, a unos pocos centímetros, pero intocable.
Buscas con qué sanar la herida.
Buscas curar su dolor.
Pero la herida… ya cicatrizó.